jueves, 4 de septiembre de 2008

"El Hacha"


Indiscutiblemente, los bares rioplatenses guardan dentro de sí los rasgos característicos de la identidad de los pueblos que están en las márgenes del río más ancho del mundo.


Hoy hablaremos de uno de los más antiguos que queda en Montevideo... el bar "El Hacha". Si uno va caminando por Buenos Aires y llega a la esquina con Maciel (pleno barrio Guruyú, una de las zonas más populares de Montevideo que nace, o que muere, en las aguas por la escollera Sarandí), se encuentra con una esquina sin ochava, con farolitos y veredas bien angostas... aquí, desde fines del siglo XVIII está enclavado este viejo boliche que es hoy el comercio más antiguo de la capital uruguaya.


Al ingresar, no es difícil quedarse a un costado, mirando una gran cantidad de pequeñas habitaciones decoradas con victrolas, cajas registradoras de hierro forjado, viejos cuadros de publicidades de bebidas que ya no existen, fotos que recuerdan gloriosas épicas de Nacional, Peñarol, y obviamente, la gran fotografía de la selección uruguaya de 1950, la protagonista del "Maracanazo".


En el corazón de la Ciudad Vieja, este bar sigue conservando cuadros que recuerdan el paso del trolebúsn y botellas antiguas y sifones de todo tipo, además de fotos del gran boxeador Dogomar Martínez, de quien se cuenta que le debe su nombre de pila a un error del funcionario del Registro Civil que lo inscribió.


Como es de suponerse, el boliche fue propiedad de un gallego. Cuenta la leyenda que el dueño del boliche, la medianoche del 15 de abril de 1794 , dejó a un joven navarro, que era dependiente del lugar, junto a dos "parroquianos". El tiempo pasaba hasta que sólo uno quedó con el empleado...


A los pocos días, se supo que este último parroquiano, llamado Gambini, había partido raudamente hacia Buenos Aires, después de robar algunas pulperías del puerto montevideano, había matado de un hachazo al joven empleado navarro. De allí, pues, quedó el nombre de "Almacén del hacha" en homenaje al luctuoso suceso de 1794. El dueño del boliche, tiempo después, atravesó el hacha en una de las rejas del lugar para que todos pudieran verla.


"El Hacha" fue, durante gran parte del siglo XX, punto de encuentro de periodistas, boxeadores y poetas... en una de las mesas del boliche, el escritor Tito Cabano escribió la letra de "El boliche" un tango que se haría famoso.


También, en la puerta del local, solía ensayar las murgas "Asaltantes con Patente", "Curtidores de Hongos" o "La milonga Nacional", además de ser punto de enclave del Canario Luna, a no dudarlo, una de las mejores voces del carnaval de Montevideo.


Cerca del 2000 el bar cerró, pero afortunadamente un grupo de gente emprendedora recuperó este baluarte montevideano... Hoy se puede disfrutar de una buena comida, ya que hoy funciona como restaurant, con shows de tango y música ciudadana.


Ahora no está abierto todos los días como cafetería, por eso si están en Montevideo pueden llamar al 9153295 para hacer alguna reserva... aunque, si pasan caminando por el Guruyú, no dejen de detenerse en Buenos Aires y Maciel para contemplar un gran reducto de la identidad montevideana.


De despedida, unos versos del "Milongón pal Guruyú" de Roberto Darwin..


Cae la noche estrellada/ en esta orilla dela ciudad/ sopla un aire caliente/ y en él se siente toda la mar.Allá por el bar El Hacha/ el as de copas quiere brindar/ la penúltimay nos vamos/ porque mañana hay que laburar."



1) Algunos datos extraídos de Boliches Montevideanos. Bares y Cafés en la historia de la ciudad, de Delgado Aparín, Barizzoni y Contrera.

1 comentarios:

kchorroO1 dijo...

Excelente nota, nativo de ese barrio fue el gran Borocotó aquel pilar de El Gráfico..